El próximo viernes, diez de noviembre, en el marco de Paris Photo, la importante feria de la ciudad europea que desde 1997 congrega a editores, coleccionistas, galeristas, críticos y especialistas en fotografía, se presentará La verdadera historia de Paolo Gasparini en el stand de la Editorial RM. Se trata de un título editado por La Cueva en una edición especial de 350 ejemplares, de los cuales solo treinta están firmados por su autor.

Paolo Gasparini en el Gran Palais de París

9 • noviembre • 2017

Alejandro Sebastiani Verlezza

La Cueva, tras editar hace pocos meses una antología con las mejores imágenes de Ricardo Armas –en su colección Premios Nacionales de Fotografía– incluye a Paolo Gasparini dentro de su catálogo de autores.

Editado en una colección especialmente diseñada para libros de artista, La verdadera historia de Paolo Gasparini es una edición bilingüe –con 128 páginas– elaborada en encuadernación french old (o japonesa). Este nuevo título de la emergente editorial venezolana, diseñado por Ricardo Báez, cuenta con un agudo texto crítico de Juan Antonio Molina y un no menos completo repaso biográfico de Gasparini escrito por Sagrario Berti.

La verdadera historia de Paolo Gasparini ofrece un apretado compendio de las más profundas inquietudes sociales y estéticas de un fotógrafo italiano con la vida repartida entre Caracas, Trieste, La Habana y Ciudad de México. Aquí aparece recombinada la historia de sus imágenes, el diálogo entre el pasado y el presente, con la vida de las ciudades y sus “asomados”, en un libro llevado por el juego del fotomontaje.

Y decir aquí fotomontaje también remite a los fotoracconti italianos, tan afines a Gasparini, es decir, la sabia combinación de la fotografía y el relato en función de reconstruir las huellas de su propio mundo, cada una de sus épocas y presencias más importantes. Un trabajo autobiográfico, también así puede concebirse, la crónica de las derrotas ideológicas sobre la realidad, la voz de los márgenes en América Latina que se expresa con su propia vitalidad, en sus escenarios naturales, riéndose, sin poses militantes, ni relatos épicos; pero por debajo de todo lo anterior, hay algo más discreto en esta “historia” personal del Premio Nacional de Fotografía (1993): la pasión por mirar los cuerpos y sus colores, con todo su poder persuasivo, a partir de una larga sucesión de fotografías recortadas y hasta descentradas. Es sin duda una nueva forma de abordar la antología personal la que Gasparini presenta ahora.

Sí, imágenes sobre imágenes integradas con la palabra y el diseño, relatos encajados que muestran cómo las vidas pueden sostenerse a sí mismas –alma y aguante– en la pobreza y los paisajes devaluados.

En esta nueva aventura editorial de Gasparini se concentra su pasión por el archivo, la memoria, los viajes, la certeza del que dice con su cámara por “aquí estoy pasando” y da su testimonio. Desde esta personalísima enunciación habla el fotógrafo que corta fragmentos del mundo para integrarlos a sus inquietudes más personales, regidas por la pasión y la pulsión del regreso, el viaje de vuelta revivido.

Caracas, noviembre de 2017.

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